Cuarta y última entrega del libro escrito por el grupo de mujeres de Lastras. Capítulo dedicado a las costumbres, historias curiosas y personajes famosos de Lastras. Recomiendo llegar al final para leer la poesía escrita por Avelina Matarranz sobre el pasado y el presente de Lastras.
Bodas antiguas
Antes de la boda se reunian las dos familias para hacer los ajustes de la boda, se fijaban las dotes de los novios, el día y el sitio donde se iba a celebrar… A las novias se les solía comprar el traje, que entonces era negro; y se podía, según las posibilidades de cada uno, comprar el manteo y el mantón de manila.
Los dias antes de la boda eran de mucho ajetreo porque había que recoger sillas, mesas, cacharros… Había que matar los animales y arreglar la comida, que en época de nuestro abuelos y padres era cocido para lo comida y algún guiso para la cena, luego con el tiempo fue cambiando.
A pesar de que antes de las amonestaciones se avisaba a los invitados por si se tenían que hacer algo de ropa, el día de la víspera salían los novios con los hermanos y primos a convidar pues entonces no se hacían invitaciones.
El día de la boda, cuando salían los novios de casa de los padres hacia la iglesia, estos les daban la bendición. Despues de la boda se daban pastas y vino, haciendo tiempo para la comida. Luego seguía la comida y el baile de gaita y tamboril, en el que se bailaban las galas a los
novios. Así hasta la hora de la cena en la que los mas revoltosos y bromistas empezaban a seguir a los novios para enterarse donde iban a dormir y prepararles alguna perrería….
A los chicos pequeños del pueblo, los novios, les daban dinero para caramelos.
La boda seguía algún día mas, los mozos iban a buscar a los novios para gastarles bromas y se celebraba muy parecido al primer día aunque la comida iba flojeando, haciendose con los despojos… El baile seguía y a veces también se hacia chocolate.
En muchas ocasiones, el primer año de casados los novios vivían separados, cada unos en la casa de sus padres. Esto era como una parte de la dote, los padres ofrecían mantener un año mas a sus hijos.
Los niños de la escuela
Antes había una escuela para niños y otra para niñas; en nuestros tiempos de chicos, llego a haber en cada escuela entre setenta y ochenta alumnos. En un principio solo había dos escuelas en el ayuntamiento pero despues hicieron dos escuelas mas en la panera.
Los domingos, íbamos con la cruz desde la escuela a misa, teniamos que ir hasta la iglesia en fila de a dos y despues de misa teniamos que volver a llevar la cruz hasta la escuela.
Lo mas triste de todo es que entonces, de pequeños, perdíamos muchos dias de escuela, algunas veces porque teniamos que ir a trabajar y otras porque las madres iban al campo y nos teniamos que quedar al cuidado de los hermanos pequeños o de los abuelos.
La vaca rabiosa
Por los años cuarenta ocurrió en Lastras el suceso de la vaca rabiosa. El día antes de cerrarla, estuvo la vaca por los arroyos con el resto del ganado, subiendose encima de los otros animales y molestando al ganado. Como además echaba muchas babas, los dueños la dejaron cerrada en la portada. Los chicos de la escuela a pesar de que estaban advertidos de que no fueran a verla, a lo mejor por eso, fuimos a verla por unas aberturas que tenían las puertas. La vaca, cuando nos veía, se ponía furiosa y no dejaba de bramar.
Al día siguiente por la mañana muy pronto empezó a bramar y escarbar hasta que derribo la puerta y se salió. Los vecinos que se percibieron se avisaron unos a otros; la cogieron las vueltas y avisaron a la Guardia Civil que al final mato a la vaca de un tiro.
La posada del señor laureano
En Lastras hubo una casa que sirvió de pensión a los transeúntes. En la posada se hospedaba gente de lo mas variopinta; unos venia a vender pimentón para la matanza, otros trillos, otros venían a arreglar las cribas o los calderos: otros venían vendiendo medallas, pendientes y anillos. Otra gente que pasaba por la posada eran los feriantes que iban a la feria de San Andrés de Turégano, con los burros, los machos y las yeguas… También pasaban por la pensión los artistas y actores que venían con sus espectáculos de circo o de teatro. Para anuncias los teatros daban una vuelta por el pueblo con una orquesta, a modo de revolada, y todos los críos del pueblo se iban detras de ellos, que se lo pasaban a lo grande….
Los copleros
Antiguamente venían por los pueblos unos señores vendiendo coplas, eran unos papeles con cantares, que comprábamos por diez céntimos; y luego cantábamos las coplas para divertirnos, pues entonces no había ni radio ni televisión y esta era una manera de entretenernos.
Entre las coplas que recordamos estan:
«Tengo una novia, señores
que si la presento se van a pasmar
con un sinfín de defectos
que ahora en secreto les voy a contar:
tiene las piernas torcidas, le falta una oreja
no tiene nariz. Si la ven cuando anda
parece una gamba la pobre infeliz.
Tiene cara de gorila
es mas seca que una anguila
la falta medio pulmón.
Cuando me besa en la boca
echa un olor a cebolla
que me entra el sarampión…»
Otra copla de la que todavía nos acordamos es la historia de la «Niña del cajón»
«En la provincia de Jaén
en el pueblo de Lobrija
habitaba un señora
tan solo tiene una hija
pero esta señora ingrata
en un cajón la metió
y en un cruce de caminos
allí sola la dejo.
Pasó por allí un pastor
que cuidaba un rebaño
y al oír aquellos gritos
enseguida se la acercó.
La ha sacado del cajón
y llenita de congoja
la ha cogido entres sus brazos
y se la lleva a su choza
y su mujer va y le dice:
Que me traes Amador
una niña muy bonita
que me encontre en un cajón
y su mujer le contesta:
no te preocupes por nada
la criaremos con la nuestra
y las dos serán hermanas.
Estas dos se crían juntas
y la dos vestían iguales
y parecían mellizas
cuando iban por la calle.
Esta muchacha tan guapa
con un chofer se caso
y al cabo de poco tiempo
ya verán lo que paso.
Su marido y ella
vivían con mucho placer
de nadita les faltaba
y se llevaban muy bien.
Un día iba conduciendo
con su coche a por carbón
y en la mitad del camino
una anciana se encontró.
Se ha bajado del camión
y la anciana le repuso:
¡Por Dios le pido clemencia
no tengo a nadie en el mundo!
Se la ha llevado a su casa
y le ha dicho a su mujer:
cuidame de esta abuelita
que yo volveré despues.
La ha sentado en la candela
la echa un poco de café
y le dice: ¡vamos señora!
¿que es lo que le pasa a usted?
Pues lo que me pasa a mi
es muy grave de contar
no tengo hijos ninguno
y me encuentro abandonada.
Ha venido su marido
y le ha dicho a su mujer
a ver con esta abuelita
¿que es lo que vamos a hacer?
Fructuoso yo quisiera
si tu lo vieras conmigo
que se quede con nosotros
para que cuide los niños.
Ha llegado el cumpleaños.
Vino la hermana y los padres
a pasarlo todos juntos
y darla felicidades.
La abuela al ver el placer
que había en aquella familia
ha preguntado al pastor
si no tiene mas que estas dos hijas.
Pues nuestra no es mas que una
el pastor la contesto
porque esa que hay a su lado
me la encontre en un cajón
¿donde se la encontró usted?
se lo digo con franqueza
en un cruce de caminos
cuando iba con mis ovejas.
La anciana se levantó
hincandose de rodillas
¡Hija de mi corazón!
yo soy tu madre querida
al Dios del cielo le pido
que me perdone mis faltas
no creía yo hija mía
que tu me ibas a hacer falta.
Además de los copleros. durante el verano venían artistas que ponían el teatro en la plaza. Otros traían máquinas de cine , y acudía la gente a ver las películas con la silla debajo del brazo para estar bien comodos. Otras veces también pasaba algún circo con animales y todo esto ayudaba a entretenernos y divertirnos.
El tio Cerillas y el tio Mariano
En Lastra tuvimos la suerte de tener unos señores dulzaineros nacidos aquí, que han animado las fiestas en muchas ocasiones y han triunfado en muchos sitios. Ellos no son otros que el tío Mariano y el tío Cerillas.
El tío Cerillas compaginaba el oficio de cordelero y resinero con el de dulzainero: y el tío Mariano el de agricultor y electricista en el salto del puente del Cega, con el de tamborilero.
Su repertorio era inmenso. No solo animaban las fiestas de Lastras, sino las de los pueblos de alrededor. Eran viejos tocando, pero jovenes para animar las fiestas.
Les perdimos hace ya muchos años, pero quisieran dejar unos jovenes discípulos, que siguen con su trabajo.
Homenaje del pueblo de lastras al tio Cerillas el tio Mariano
Poesia
A continuación ponemos el poema que «Maria Cerillas»dedicó a Lastras para que no lo echemos en el olvido:
En Lastras de Cuellar, señores
hay muchos paisajes
bonitos de contemplar,
desde el prado de Santa María
vamos a empezar a caminar
entre pinares y chopos
nos vamos rivera abajo
hasta llegar al Pontón,
en el puente nos paramos
para contemplar sus paisajes
¡Señores que bendición!
Subimos la cuesta arriba
a la Ermita de San Antón
que en las cuestas pintorescas
tu ermita se levanto
para hacerte a ti guardián
de estos pinares y montes
de estos robles y estas hermosas encinas
con un bonito verdor
las Aguedas de la Lastra
con la música del pueblo
de la dulzaina y tambor
y sus trajes tipicos engalanadas
te vienen a festejar el día de San Antón
con su ganado y su carro
tres vueltas dan a la ermita,
que siempre fue tradición
y despues de las tres vueltas
te elevan una oración.
En esta hermosa explanada
la música ya empezó
para que viniera los vecinos
desde el molino Ladrón
guardas forestales, electricistas, molineros
venían a divertirse con sus burros y cencerros
y bailaban todos juntos
con las Aguedas del pueblo
y los guardas de la Union Resinera,
que en la Serreta vivían
acogían esta fiesta
con una gran alegría
¡Con cuanta emoción señores!
bailábamos todos juntos hasta la puesta del sol.
¿Quien fue el ladrón y villano
que una noche te robo?
Te arrancaron de tu ermita
creo que por tu lienzo y valor
desde que a ti te robaron
la fiesta ya se acabo
ya no toca mas la música
de la dulzaina y el tambor
¡Señores vamos al pueblo!
que la fiesta no acabó
porque en la plaza del pueblo
se baila hasta las doce o las dos
mientras que toque la música
de la dulzaina y el tambor
allí toda la gente baila
con alegría y amor
y así termina la fiesta señores
que en Lastras se festejo.
Por otro extremo tenemos el Cotarrillo
por el camino de los olmos
estan «Los Vahillos».
No olvidamos el Plantío
con sus pinos de resina
y la fuente de San Esteban
con sus aguas cristalinas
pues allí sus pececillos
alegres coletean,
donde alegres los pastores
a beber agua llegan.
Los guardianes de las vacas
venían agua muy fresca
en la fuente del Prado Petaca
¡Ay que largo y verde es el prado de abajo!
que llega hasta el Carrizal
donde en los chopos espesos
el pato va allí a anidar.
Lastras siempre fue muy alegre
y nadie lo contradiga
con el puente Ratonero
cuando íbamos de vendimia.
En Lastras hay una Virgen
que festejamos de verdad
la Virgen de Salcedon
una ermita en el prado está.
¡Viva Lastras! ¡Viva Lastras!
con tejares y barreros
donde sacaban el barro
los maestros alfareros
¡Viva Lastras! ¡Viva Lastras!
con todos sus resineros
y ¡vivan los que hacen las sogas!
que aquí viven los sogueros
¡Viva Lastras! ¡Viva Lastras!
con todos sus labradores
contemplando sus labores
¡Que alegre que era este pueblo!
este pueblo de la Lastra
cuando nos tocaba el baile
los domingos en la plaza.
Para finalizar con este trabajo sobre la historia de lastras escrito por sus mujeres me permito reproducir aquí un poema escrito por Avelina Matarranz en el año 1998. Con sencillas palabras refleja el profundo cambio que ha sufrido Lastras de Cuellar y por extensión nuestro país en los últimos cuarenta años.
Mi pueblo es Lastras de Cuellar
era un pueblo muy alegre
hoy esta triste y sombrío
porque se ha quedado sin gente.
En cada casa vivía
el matrimonio y sus hijos
cuatro, cinco, seis o siete.
Teniamos muchos niños
que corrían y gritaban
por las calles llenas de barros
porque no estaba asfaltadas.
Cuando salían del colegio
y pedían la merienda
que ahora decimos del cole
antes decían la escuela
les daban un trozo de pan
con una naranja o media
porque no había otra cosa
y a jugar hasta la cena.
A los tres navillos gritan
cuadrillas de quince o veinte
corriendo por las calles
buscando donde esconderse.
Cuando la madre los grita
¡Vamos niños a cenar!
todos juntos a la mesa
con un plato nada mas.
Allí se cenaban todos
en diez minutos no mas
porque el que se descuidaba
ya podía comer pan.
Cuando llegaba el buen tiempo
como no estaba la tele
nada mas cenar
a la calle salía toda la gente.
Salían todos los vecinos
y que corro se formaba
todos tirados por el suelo
se contaban sus hazañas:
el uno ha estado a por leña
el otro a pacer la vacas
a mi me ha tirado la burra
yo he perdido las albarcas.
Así llegaban las doce
entre chistes y algarazas
vamos a acostar muchachos
que hay que madrugar mañana.
Teniamos carreteros
cacharreros, ebanistas
peluqueros, peluqueras
también sastres y modistas.
Teniamos muchas cosas
que el tiempo se ha ido llevando
porque se marcho la gente
y el pueblo triste se ha quedado.
Haya en los años sesenta
empezó a marchar la gente
a buscar trabajo fuera
porque aquí no había ambiente.
Se marcharon muchos jovenes
también muchos matrimonios
hay muchas casa cerradas
tristes los barrios y solos.
Que ha cambiado la vida es cierto
no lo vamos a negar.
Hoy los matrimonios tienes
dos hijos y nada mas
y si alguno tiene tres
es muy duro de llevar.
Nos han asfaltado las calles
tenemos el agua en casa
pero no tenemos niños
por las calles asfaltadas.
Tenemos tele, telefono
videos y muchas mas cosas
tenemos muchos caprichos
de dinero y sin provecho
pero lo exige la vida
y no queda otro remedio.
Estos niños que tenemos
criados con tanto capricho
que estan tan espabilados
porque estan muy consentidos.
Que dirán estos niños
que hablan con tanto esparpajo
si al desayunar tuvieran
tan solo una sopa de ajo
y al mediodia cocido
con garbanzos y tocino
y a la noche una patatas
cocidas con poco aliño.
Si nos parece mentira
a los que lo hemos vivido
que hoy tengan tanto derroche
de comidas y caprichos
esto quiero esto no quiero
esto comimos ayer.
Por eso hoy día las madres
tienen mucho mas que hacer.
El mes de julio y agosto
la gente regresa al pueblo
a pasar las vacaciones
con los suyos que contentos.
Las casas se abren al sol
el pueblo lleno de gente.
Estos dos meses señores
el pueblo esta mas alegre
Pero bueno que caramba
nos podemos alegrar
de que haya cambiado la vida
para bien no para mal.
Aquí termino un resumen
de la vida de mi pueblo
antes con muchos vecinos
ahora con muchos menos.