El uso creciente de abonos químicos y la gran concentración de cabezas de ganado están en el origen de la cuestión, que se acentúa en aquellas zonas de la provincia con características edafológicas más permeables, pues allí el riesgo de quebranto a las aguas subterráneas es mayor.
“En las zonas donde se practica una agricultura intensiva se utilizan enormes cantidades de abonos químicos, a los que se suman los abonos naturales que provienen de los excrementos animales”, explica, de forma didáctica, Antonio E. Palomares, perteneciente al ‘Instituto de Tecnología Química’ del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. “Cuando estos compuestos —agrega— se encuentran en cantidades demasiado altas para que sean absorbidos por las plantas, se infiltran a través del suelo y alcanzan las aguas subterráneas, contaminando pozos y acuíferos”.
En 2016 se constituyó un grupo de trabajo, interdisciplinar, con participación de técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero y de tres consejerías de la Junta (la de Fomento y Medio Ambiente, Agricultura y Ganadería y Sanidad). Los resultados del denominado ‘Informe de seguimiento de la contaminación de las aguas por nitratos de origen agropecuario y propuesta de designación de zonas vulnerables’, concluido en Valladolid el pasado mes de noviembre, resultan, cuando menos, descorazonadores. La situación, lejos de mejorar, empeora. Y además, con bastante rapidez.
la Junta adelanta, en el mencionado informe, que ha decidido incrementar el número de municipios incluidos en ‘zonas vulnerables’, de los 67 en toda Castilla y León de la designación de 2009, a 716. Se pasa, pues, de una superficie regional de 2.341,57 kilómetros cuadrados a una de 25.551,41. Se multiplica por diez la superficie declarada como ‘zona vulnerable’, lo que da una idea de la magnitud del desafío.
FUENTE: www.eladelantado.com
Mas informacion:
Ivan Gonzalez Tejero Los acuiferos de la provincia de Segovia
Junta de Castilla y Leon Programa de actuación de las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero designadas de Castilla y León por el Decreto 40/2009, de 25 de junio.