Los vientos dominantes arrastran el hedor a la cercana población de Fuentepelayo, pero muchos días llega a Navalmanzano, Zarzuela del Pinar, Aguilafuente y Lastras de Cuéllar. Son olores «nauseabundos, persistentes y penetrantes», hasta tal punto que la ropa tendida queda impregnada de las partículas en suspensión y la ropa tendida a secar tiene que volver a ser lavada. Es así desde hace dos años y las molestias para los vecinos de Fuentepelayo, sobre todo, y de las demás poblaciones son mayores en verano, cuando llegan a ser «insoportables», motivando el cierre de puertas y ventanas y haciendo difícil «hasta tomarse un aperitivo en una terraza».
Los malos olores proceden de una planta que posee la empresa Agrogestión y Aplicaciones Medioambientales SL, Agramam Compostaje, cuyas «malas prácticas» serían la causa del problema, según denunció ayer en rueda de prensa la asociación Ecologistas en Acción, que ha solicitado una investigación a la Fiscalía de la Audiencia Provincial y a la de Medio Ambiente de Castilla y León, a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia CIvil, a la Confederación Hidrográfica del Duero, al Ayuntamiento de Fuentepelayo y al Juzgado de Cuéllar.
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